Con mucho, las dos enfermedades de la próstata más comunes son la prostatitis y la hiperplasia benigna (HPB). La prostatitis puede complicarse con BPH o acompañarla de exacerbaciones periódicas. La farmacoterapia es un componente importante en el tratamiento general de las enfermedades de la próstata. Además, el tratamiento a menudo termina en derrota debido a una terapia inadecuada, omisión de medicamentos y, cuando se alivia la afección, se ignora la enfermedad.
Así, el 20-30% de los pacientes no están satisfechos con el tratamiento, no sienten una disminución de los síntomas de los trastornos urinarios y una mejora en la calidad de vida. Lo más probable es que esto se deba a una evaluación incorrecta de la función del tracto urinario inferior en hombres con HPB y, en consecuencia, a la elección de un tratamiento inadecuado.
Como saben, la prostatitis es aguda y crónica (PC), bacteriana y abacteriana.
Prostatitis en%
- prostatitis bacteriana aguda - 5-10%;
- prostatitis bacteriana crónica - 6-10%;
- prostatitis crónica abacteriana: 80 a 90%, incluida la prostatodinia, 20 a 30%.
La más común es la prostatitis crónica abacteriana, que debe controlarse y prevenirse oportunamente las exacerbaciones con y sin HPB.
Los principales medicamentos para el tratamiento de la HPB y la prostatitis crónica:
- Inhibidores de la 5a-reductasa (finasterida, dutasterida);
- bloqueadores a (doxazosina, tamsulosina);
- fitoterapia (extracto de palma de sabal);
- antibióticos
- complejos de aminoácidos;
- extractos de órganos animales (extracto de próstata);
- medicamentos de entomoterapia (productos derivados de insectos).
Al mismo tiempo, en el 13-30% del efecto del uso de bloqueadores α no ocurre dentro de los 3 meses posteriores al tratamiento; no se recomienda una terapia adicional con medicamentos de este grupo.
Al prescribir finasterida, el médico debe estar preparado para el hecho de que los efectos secundarios más importantes del medicamento: impotencia, disminución de la libido, disminución del volumen de eyaculación pueden llevar a que el paciente se retire del medicamento por sí mismo.
El tratamiento de la HPB y la prostatitis es un problema urológico importante que no se ha resuelto por completo.
Las exacerbaciones frecuentes de PC en ausencia de indicaciones para la cirugía en la glándula prostática obligan al médico a usar métodos adicionales en el tratamiento farmacológico. A menudo, la presencia de PC concomitante agrava el curso de la HPB, porquela inflamación en el 80% de los casos está en la glándula prostática con hiperplasia benigna.
La medicina moderna nos brinda nuevas oportunidades para el tratamiento de la PC y la HPB y la prevención de las exacerbaciones.